Por que EE.UU. busca en Rusia un enemigo en vez de centrarse en las amenazas reales
Autoengaño a la OTAN: Washington sigue enmarañando a la OTAN en una especie de "autoengaño" sobre la amenaza rusa, impidiéndole centrarse en la solución de los problemas reales creados por ella misma.
Enlace: actualidad.rt.com
Pese a que la creciente confrontación entre Rusia y EE.UU. crea "monstruos" reales, Washington sigue enmarañando a la OTAN en una especie de "autoengaño" sobre la amenaza rusa, impidiéndole centrarse en la solución de los problemas reales creados por ella misma.
"La OTAN debería preocuparse ante todo de las amenazas para la seguridad mundial que ella misma ha creado" opina Leonid Isáev, investigador de la Escuela Superior de Economía, citado por el portal Svpressa.
"El problema reside en que la mayoría de los problemas que existen ahora en el mundo fueron creados precisamente por países miembros de la OTAN", agrega, explicando que estos siempre actuaron de la misma forma: "Primero crearon un problema y luego felizmente se lavaban las manos, trasladando su resolución a una tercera parte". Según el investigador, no solamente los conflictos en Afganistán y en Libia o la guerra en Irak son ejemplos de esta conducta, sino también el conflicto ucraniano.
El conflicto de Afganistán lleva decenios sin solución, el problema del Estado Islámico, cuya creación se debe a la invasión de Irak por EE.UU. ahora es un problema de los países vecinos, mientras que Egipto se ve obligado resolver los problemas de Libia y es muy probable que "los que provocaron el conflicto [en Ucrania] se irán de allí muy pronto, dejando a Rusia y a la UE a cargo del desescombro", opina el experto. Y si Afganistán en las últimas décadas ha sido cuna de terroristas que ahora actúan por todo el mundo, el EI "es una amenaza para la civilización global", concluye.
Al centrarse en la confrontación con Rusia y la instigación de una nueva guerra fría, Occidente perdió el control sobre la mayor amenaza para el mundo, que es el islam radical, opina otro experto, Stanislav Ivanov, de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Es decir, la confrontación que apasiona tanto a Occidente en realidad puede crear monstruos", tal y como pasó en los años 30 del siglo pasado cuando sobre el telón de fondo del enfrentamiento entre la URSS y Occidente entró en auge el nazismo liderado por Hitler que casi acabo con la civilización mundial, explica. En vez de cooperar con Rusia, Irán y el Gobierno sirio de Bashar al Assad para resolver el problema del Estado Islámico, EE.UU. "instiga la histeria antirusa", concluye.
Las voces más hostiles dirigidas contra Rusia dentro de la OTAN son precisamente las de EE.UU., sostiene por su parte Serguéi Yermakov, del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos. "Si la posición de EE.UU. fuera más moderada, no se produciría el autoengaño de la OTAN sobre una presunta amenaza rusa", afirma.
En cambio, EE.UU. lía a los demás países de la Alianza hasta el punto en que la amenaza rusa no les parece ya ficticia, cuando el problema radica "en la misma OTAN", ya que la alianza deja de reaccionar adecuadamente a las amenazas reales, ante todo frente al terrorismo internacional. "En vez de resolver el problema conjuntamente, EE.UU. empieza a buscar otro enemigo para la OTAN, aunque en realidad está persiguiendo sus propios intereses geopolíticos", concluye el experto.
Autoengaño a la OTAN: Washington sigue enmarañando a la OTAN en una especie de "autoengaño" sobre la amenaza rusa, impidiéndole centrarse en la solución de los problemas reales creados por ella misma.
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"La OTAN debería preocuparse ante todo de las amenazas para la seguridad mundial que ella misma ha creado" opina Leonid Isáev, investigador de la Escuela Superior de Economía, citado por el portal Svpressa.
"El problema reside en que la mayoría de los problemas que existen ahora en el mundo fueron creados precisamente por países miembros de la OTAN", agrega, explicando que estos siempre actuaron de la misma forma: "Primero crearon un problema y luego felizmente se lavaban las manos, trasladando su resolución a una tercera parte". Según el investigador, no solamente los conflictos en Afganistán y en Libia o la guerra en Irak son ejemplos de esta conducta, sino también el conflicto ucraniano.
El conflicto de Afganistán lleva decenios sin solución, el problema del Estado Islámico, cuya creación se debe a la invasión de Irak por EE.UU. ahora es un problema de los países vecinos, mientras que Egipto se ve obligado resolver los problemas de Libia y es muy probable que "los que provocaron el conflicto [en Ucrania] se irán de allí muy pronto, dejando a Rusia y a la UE a cargo del desescombro", opina el experto. Y si Afganistán en las últimas décadas ha sido cuna de terroristas que ahora actúan por todo el mundo, el EI "es una amenaza para la civilización global", concluye.
Al centrarse en la confrontación con Rusia y la instigación de una nueva guerra fría, Occidente perdió el control sobre la mayor amenaza para el mundo, que es el islam radical, opina otro experto, Stanislav Ivanov, de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Es decir, la confrontación que apasiona tanto a Occidente en realidad puede crear monstruos", tal y como pasó en los años 30 del siglo pasado cuando sobre el telón de fondo del enfrentamiento entre la URSS y Occidente entró en auge el nazismo liderado por Hitler que casi acabo con la civilización mundial, explica. En vez de cooperar con Rusia, Irán y el Gobierno sirio de Bashar al Assad para resolver el problema del Estado Islámico, EE.UU. "instiga la histeria antirusa", concluye.
Las voces más hostiles dirigidas contra Rusia dentro de la OTAN son precisamente las de EE.UU., sostiene por su parte Serguéi Yermakov, del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos. "Si la posición de EE.UU. fuera más moderada, no se produciría el autoengaño de la OTAN sobre una presunta amenaza rusa", afirma.
En cambio, EE.UU. lía a los demás países de la Alianza hasta el punto en que la amenaza rusa no les parece ya ficticia, cuando el problema radica "en la misma OTAN", ya que la alianza deja de reaccionar adecuadamente a las amenazas reales, ante todo frente al terrorismo internacional. "En vez de resolver el problema conjuntamente, EE.UU. empieza a buscar otro enemigo para la OTAN, aunque en realidad está persiguiendo sus propios intereses geopolíticos", concluye el experto.
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