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miércoles, 11 de marzo de 2015

Curiosidades del papel viejo 

¿Por qué se vuelve amarillo y porque huele?Los investigadores compararon las características de papeles antiguos con las de papeles modernos pero que habían sido envejecidos artificialmente. 

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  •  Desarrollo

¿Por qué el papel viejo se vuelve amarillo?

Pergaminos, manuscritos, libros antiguos... todos tienen en común un olor característico y el color amarillento de sus páginas. Los científicos saben desde hace tiempo que este amarilleamiento se debe a que la celulosa, principal componente del papel, se oxida con el tiempo. Sin embargo, hasta ahora no se sabía en qué parte de esta molécula se producía el cambio de color. Un estudio publicado en Physical Review Letters resuelve el misterio.

Los investigadores compararon las longitudes de onda emitidas por papeles antiguos con las de papeles modernos pero que habían sido envejecidos artificialmente. De esta forma pudieron localizar el cromóforo, que es la parte de una molécula responsable de su color. En el caso de la celulosa los científicos descubrieron que el cromóforo es el aldehido, un grupo formado por un átomo de carbono que se une a uno de oxigeno por un enlace doble, y a otro de hidrógeno por un enlace simple.

Aunque este descubrimiento podría ayudar a los restauradores a eliminar el color amarillento del papel, los científicos recomiendan precaución, ya que los productos químicos destinados a revertir la oxidación del cromóforo también podrían dañar los objetos.

¿Porque huelen los libros antiguos?

libros-viejosEl olor de los libros antiguos es el resultado de cientos de compuestos orgánicos volátiles (VOCs, por sus siglas en inglés) liberados desde el papel al aire. Además de inconfundible, este olor puede resultar muy útil para conocer el estado de conservación de los viejos volúmenes, según un estudio que acaba de publicar la revista Analytical Chemistry. "Oliendo" los gases emitidos por 72 documentos antiguos de los siglos XIX y XX con una nueva técnica llamada "degradómica material", un equipo de científicos británicos y eslovenos ha conseguido identificar 15 moléculas volátiles que podrían ser buenos marcadores para cuantificar a ciencia cierta el riesgo de que se degraden la celulosa, la lignina (el polímero orgánico más abundante en el mundo vegetal, que desprende olor a vainilla), la fibra de madera y otros componentes de los libros. Esta técnica no invasiva podría ayudar a las bibliotecas y los museos a preservar una amplia gama de objetos basados en papel, algunos de los cuales se están deteriorando rápidamente debido a su avanzada edad. 

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