Donald Trump, un ejemplo de soberanía anglosajona
Ninguna potencia extranjera decidirá el destino de los Estados Unidos: A pesar que su triunfo sorprendió a muchos latinos, europeos y asiáticos, los norteamericanos no pensaron igual. Las encuestadoras y medios de comunicación quedaron muy mal parados.
Globalvisor
El resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU. constituye un duro golpe para todas las potencias extranjeras, representadas especialmente por inmigrantes en ese país que suponían una victoria masiva del partido Demócrata sobre el Republicano.
De nada valió vender el sueño de “La primera mujer presidente en la historia de EE.UU.”, los medios de comunicación, especialmente Mexicanos, vender y promover el triunfo arrollador de Hillary Clinton, un presidente de Francia, una vicepresidenta de República Dominicana y un comunicador Mexicano como Jorge Ramos externar su apoyo a Hillary y rechazo rotundo a Trump entre muchos otros ejemplos que por motivo de tiempo y espacio no podríamos mencionar en este articulo.
Lo importante es que los resultados expresan el pensamiento norteamericano “Que todos los extranjeros hablen pero nosotros somos quienes decidimos y ninguna potencia extranjera nos trazará pautas.” Esto demuestra que las encuestas se perfilaban hacia iconos sociales que hablaban a nombre de muchos quienes no sentían igual. Aunque los extranjeros representan un porcentaje importante de los electores en Estados Unidos nunca podemos olvidar que el 66% del electorado es caucásico y en este grupo fue que Donald Trump le sacó una muy amplia ventaja a Hillary Clinton.
“Seré un presidente para todos los norteamericanos” dijo el presidente norteamericano. 27 millones de hispanos a favor de ella no fueron suficiente para desplazarlo a él. Su popularidad creció debido al miedo al aumento de la ruptura social en tiempos neoliberales.
El mundo se tambalea. Contra casi todos los pronósticos, Donald Trump, un magnate inmobiliario de 70 años, sin experiencia política alguna, el más controvertido de los candidatos que jamás había nominado el Partido Republicano, dirigirá los destinos de la primera potencia mundial durante los próximos cuatro años. Los ciudadanos estadounidenses le han elegido como su 45.º presidente.
Los primeros en reaccionar fueron las bolsas de Londres, Tokio y México: se desplomaron. Con un escrutinio de infarto que probablemente requiera algún recuento, el candidato republicano fue superando a Hillary Clinton en cada uno de los estados clave que los sondeos habían señalado a la candidata demócrata como favorita.
A falta de un análisis pormenorizado de los resultados, todo apunta a que una movilización multitudinaria de última hora del electorado conservador, no detectada en los sondeos, brindó la victoria a Trump y cumplió la tradición según la cual los estadounidenses no entregan el mando a un mismo partido para tres mandatos consecutivos. Ronald Reagan y George Bush padre fueron la excepción que confirma la regla.
La victoria de Trump abre una etapa de incertidumbre de consecuencias todavía imprevisibles teniendo en cuenta que el candidato republicano ha defendido durante la campaña un giro de 180 grados tanto en la política doméstica como en la política exterior. El nacionalismo político, el proteccionismo económico y el aislacionismo militar que preconiza el presidente electo marcarán una inflexión en Estados Unidos y en el mundo.
Para comprobarlo, sólo hace falta repasar el plan anunciado por Trump para sus primeros cien días de gobierno: derogar la reforma sanitaria impulsada por el presidente Obama que ha dado cobertura médica a veinte millones de estadounidenses, iniciar la deportación masiva de inmigrantes en situación irregular, renegociar el acuerdo de libre comercio de América del Norte, retirar a Estados Unidos del acuerdo Comercial Transpacífico, y nombrar un juez conservador para cubrir la vacante de Antonin Scalia en el Tribunal Supremo.
Aunque el gran reto que se va a encontrar el nuevo presidente es reconciliar un país profundamente dividido, empezando por su propio partido, con la mayoría de los líderes conservadores que se han enfrentado con él. Con todo, la victoria de Trump viene además reforzada por el triunfo republicano en el Congreso. Mantendrá la mayoría en la Cámara de Representantes y muy probablemente también la del Senado.
En su discurso como vencedor, Trump ha usado un tono suave con el que se ha comprometido a unificar el país y a mantener el diálogo con todos los gobiernos extranjeros.
Sin embargo todo volverá a la normalidad, los republicanos han ganado en el senado y la cámara de representantes de los Estados Unidos. Todas esas bolsas de valores y medios que intentaron de algún modo u otro influir para llevar a que se produjera un resultado en las elecciones norteamericanas, no les quedará de otra mas que adaptarse a la realidad.
¿Veremos la construcción de un muro entre México y Estados Unidos? Es poco probable, salvo que el magnate multimillonario aporte de sus propios recursos para levantar el mismo. Al margen de la inmensa cantidad de dinero que costaría el proyecto (pese a que Trump ha afirmado en varias ocasiones que la factura la pagarían los mexicanos), su construcción le supondría graves problemas con sus vecinos latinoamericanos y del resto del mundo. Además, no está claro que el Congreso apoyara esta iniciativa del magnate.
Lo que sí que parece más probable es que la situación de los inmigrantes que se encuentran trabajando en los Estados Unidos ilegalmente se vuelva todavía más complicada. Donald Trump se ha negado repetidamente a regularizar a los 11 millones de personas ‘sin papeles’ que viven en el país, gran parte de ellos mexicanos, y está a favor de seguir con las deportaciones.
“El mundo quería que ellos escogieran a Hillary Clinton pero los norteamericanos decidieron más por Donald Trump quien es el triunfador y el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ante todos”.
Definitivamente, que los medios de comunicación somos muy influyente en el pensamiento humano a nivel mundial, pero que conste que con los actuales resultados el ser humano demuestra que su credibilidad va dirigida a los medios que demuestran mayor veracidad y sentido al informar sobre las cosas.
La politización de diferentes medios de comunicación externados a favor o en contra de un bando, saliendo así de su neutralidad informativa como medios al querer improvisar con editoriales de figuras influyentes en el ámbito de la comunicación social, arte y espectáculos a favor y en contra de cierta figura política conlleva a un aumento en la desconfianza de los mismos así como de ciertas encuestadoras y se manifiesta por unos resultados muy distantes de donde estos medios se encontraban festejando el pronostico de una determinada victoria o derrota.
Por lo anteriormente expresado probablemente muchos medios de comunicación y encuestadoras tiendan a desaparecer “No por imposición política sino por voluntad popular porque si la sociedad no le presta atención ni da seguimiento por su poca credibilidad, simplemente baja su rating, producción y venta terminando en su posterior quiebra y desaparición o adquisición por otro medio mas crediticio.” Deberán hacerse una revisión muy profunda los medios que pretendan continuar influenciando en la sociedad norteamericana.
Definitivamente, en unas elecciones presidenciales de un país donde un candidato ofrece hacer realidad el deseo o sueño de la mayoría de personas electoras que habitan en ese país, quien usted cree que va a ganar?
Donald Trump sorprendió al mundo porque el mundo pensó que influiría en la decisión política de los Estados Unidos de Norteamérica logrando llevar a la primera mujer del mundo a la presidencia de ese país basado en disparates, malas actitudes e incluso amenazas por parte de este candidato pero sus ciudadanos le demostraron que no es así, por sus resultados es como si lo hiciera algo enérgico como lo hacia Trump cuando era candidato presidencial, una forma de decir “Aquí se hace lo que yo diga, esta es mi casa”.
Deseamos mucho éxito al nuevo presidente de los Estados Unidos, necesitará mucha accesoria diplomática porque para mantener buenas relaciones con otros países dispuestos a seguir socializando con ese país deberá cumplir también con ciertos requisitos porque recordemos que el mundo no lo conforma un país sino muchos, no una etnia sino varias, no una religión sino varias entre otras cosas cuyas marcas no necesariamente son norteamericanas pero si son necesarias para un buen desenvolvimiento de las actividades sociales a nivel global.
El pronóstico es bueno, las bolsas de valores a nivel mundial se estabilizaran nuevamente, las relaciones con los países aliados se conservarán, sólo que en el plano migratorio, especialmente en los inmigrantes ilegales variará con muchas repatriaciones que desencadenarán reacciones antagónicas temporales de los países protagonistas pero que serán aceptadas paulatinamente y no se dividirá el mundo como muchos pronostican.
Trump y Estados Unidos deberán respetar muchas condiciones y acuerdos establecidos previamente con algunos organismos y potencias mundiales y si su propósito es tener menos personas ilegales en su territorio deberá suministrar una cooperación internacional y tener una relación mutua.
De nada valió vender el sueño de “La primera mujer presidente en la historia de EE.UU.”, los medios de comunicación, especialmente Mexicanos, vender y promover el triunfo arrollador de Hillary Clinton, un presidente de Francia, una vicepresidenta de República Dominicana y un comunicador Mexicano como Jorge Ramos externar su apoyo a Hillary y rechazo rotundo a Trump entre muchos otros ejemplos que por motivo de tiempo y espacio no podríamos mencionar en este articulo.
Lo importante es que los resultados expresan el pensamiento norteamericano “Que todos los extranjeros hablen pero nosotros somos quienes decidimos y ninguna potencia extranjera nos trazará pautas.” Esto demuestra que las encuestas se perfilaban hacia iconos sociales que hablaban a nombre de muchos quienes no sentían igual. Aunque los extranjeros representan un porcentaje importante de los electores en Estados Unidos nunca podemos olvidar que el 66% del electorado es caucásico y en este grupo fue que Donald Trump le sacó una muy amplia ventaja a Hillary Clinton.
“Seré un presidente para todos los norteamericanos” dijo el presidente norteamericano. 27 millones de hispanos a favor de ella no fueron suficiente para desplazarlo a él. Su popularidad creció debido al miedo al aumento de la ruptura social en tiempos neoliberales.
El mundo se tambalea. Contra casi todos los pronósticos, Donald Trump, un magnate inmobiliario de 70 años, sin experiencia política alguna, el más controvertido de los candidatos que jamás había nominado el Partido Republicano, dirigirá los destinos de la primera potencia mundial durante los próximos cuatro años. Los ciudadanos estadounidenses le han elegido como su 45.º presidente.
Los primeros en reaccionar fueron las bolsas de Londres, Tokio y México: se desplomaron. Con un escrutinio de infarto que probablemente requiera algún recuento, el candidato republicano fue superando a Hillary Clinton en cada uno de los estados clave que los sondeos habían señalado a la candidata demócrata como favorita.
A falta de un análisis pormenorizado de los resultados, todo apunta a que una movilización multitudinaria de última hora del electorado conservador, no detectada en los sondeos, brindó la victoria a Trump y cumplió la tradición según la cual los estadounidenses no entregan el mando a un mismo partido para tres mandatos consecutivos. Ronald Reagan y George Bush padre fueron la excepción que confirma la regla.
La victoria de Trump abre una etapa de incertidumbre de consecuencias todavía imprevisibles teniendo en cuenta que el candidato republicano ha defendido durante la campaña un giro de 180 grados tanto en la política doméstica como en la política exterior. El nacionalismo político, el proteccionismo económico y el aislacionismo militar que preconiza el presidente electo marcarán una inflexión en Estados Unidos y en el mundo.
Para comprobarlo, sólo hace falta repasar el plan anunciado por Trump para sus primeros cien días de gobierno: derogar la reforma sanitaria impulsada por el presidente Obama que ha dado cobertura médica a veinte millones de estadounidenses, iniciar la deportación masiva de inmigrantes en situación irregular, renegociar el acuerdo de libre comercio de América del Norte, retirar a Estados Unidos del acuerdo Comercial Transpacífico, y nombrar un juez conservador para cubrir la vacante de Antonin Scalia en el Tribunal Supremo.
Aunque el gran reto que se va a encontrar el nuevo presidente es reconciliar un país profundamente dividido, empezando por su propio partido, con la mayoría de los líderes conservadores que se han enfrentado con él. Con todo, la victoria de Trump viene además reforzada por el triunfo republicano en el Congreso. Mantendrá la mayoría en la Cámara de Representantes y muy probablemente también la del Senado.
En su discurso como vencedor, Trump ha usado un tono suave con el que se ha comprometido a unificar el país y a mantener el diálogo con todos los gobiernos extranjeros.
- La salida del Reino Unido de la Union Europea
- Los Colombianos no aceptan el acuerdo de paz del gobierno con las FARC
- El triunfo arrollador Republicano en EE.UU ante el anuncio xenófobo y falta de experiencia política de su candidato frente a un partido demócrata que aseguraba su continuismo.
Sin embargo todo volverá a la normalidad, los republicanos han ganado en el senado y la cámara de representantes de los Estados Unidos. Todas esas bolsas de valores y medios que intentaron de algún modo u otro influir para llevar a que se produjera un resultado en las elecciones norteamericanas, no les quedará de otra mas que adaptarse a la realidad.
¿Veremos la construcción de un muro entre México y Estados Unidos? Es poco probable, salvo que el magnate multimillonario aporte de sus propios recursos para levantar el mismo. Al margen de la inmensa cantidad de dinero que costaría el proyecto (pese a que Trump ha afirmado en varias ocasiones que la factura la pagarían los mexicanos), su construcción le supondría graves problemas con sus vecinos latinoamericanos y del resto del mundo. Además, no está claro que el Congreso apoyara esta iniciativa del magnate.
Lo que sí que parece más probable es que la situación de los inmigrantes que se encuentran trabajando en los Estados Unidos ilegalmente se vuelva todavía más complicada. Donald Trump se ha negado repetidamente a regularizar a los 11 millones de personas ‘sin papeles’ que viven en el país, gran parte de ellos mexicanos, y está a favor de seguir con las deportaciones.
“El mundo quería que ellos escogieran a Hillary Clinton pero los norteamericanos decidieron más por Donald Trump quien es el triunfador y el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ante todos”.
Definitivamente, que los medios de comunicación somos muy influyente en el pensamiento humano a nivel mundial, pero que conste que con los actuales resultados el ser humano demuestra que su credibilidad va dirigida a los medios que demuestran mayor veracidad y sentido al informar sobre las cosas.
La politización de diferentes medios de comunicación externados a favor o en contra de un bando, saliendo así de su neutralidad informativa como medios al querer improvisar con editoriales de figuras influyentes en el ámbito de la comunicación social, arte y espectáculos a favor y en contra de cierta figura política conlleva a un aumento en la desconfianza de los mismos así como de ciertas encuestadoras y se manifiesta por unos resultados muy distantes de donde estos medios se encontraban festejando el pronostico de una determinada victoria o derrota.
Por lo anteriormente expresado probablemente muchos medios de comunicación y encuestadoras tiendan a desaparecer “No por imposición política sino por voluntad popular porque si la sociedad no le presta atención ni da seguimiento por su poca credibilidad, simplemente baja su rating, producción y venta terminando en su posterior quiebra y desaparición o adquisición por otro medio mas crediticio.” Deberán hacerse una revisión muy profunda los medios que pretendan continuar influenciando en la sociedad norteamericana.
Definitivamente, en unas elecciones presidenciales de un país donde un candidato ofrece hacer realidad el deseo o sueño de la mayoría de personas electoras que habitan en ese país, quien usted cree que va a ganar?
Donald Trump sorprendió al mundo porque el mundo pensó que influiría en la decisión política de los Estados Unidos de Norteamérica logrando llevar a la primera mujer del mundo a la presidencia de ese país basado en disparates, malas actitudes e incluso amenazas por parte de este candidato pero sus ciudadanos le demostraron que no es así, por sus resultados es como si lo hiciera algo enérgico como lo hacia Trump cuando era candidato presidencial, una forma de decir “Aquí se hace lo que yo diga, esta es mi casa”.
Deseamos mucho éxito al nuevo presidente de los Estados Unidos, necesitará mucha accesoria diplomática porque para mantener buenas relaciones con otros países dispuestos a seguir socializando con ese país deberá cumplir también con ciertos requisitos porque recordemos que el mundo no lo conforma un país sino muchos, no una etnia sino varias, no una religión sino varias entre otras cosas cuyas marcas no necesariamente son norteamericanas pero si son necesarias para un buen desenvolvimiento de las actividades sociales a nivel global.
El pronóstico es bueno, las bolsas de valores a nivel mundial se estabilizaran nuevamente, las relaciones con los países aliados se conservarán, sólo que en el plano migratorio, especialmente en los inmigrantes ilegales variará con muchas repatriaciones que desencadenarán reacciones antagónicas temporales de los países protagonistas pero que serán aceptadas paulatinamente y no se dividirá el mundo como muchos pronostican.
Trump y Estados Unidos deberán respetar muchas condiciones y acuerdos establecidos previamente con algunos organismos y potencias mundiales y si su propósito es tener menos personas ilegales en su territorio deberá suministrar una cooperación internacional y tener una relación mutua.
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